Había un número en el fondo de mi cabeza. Gritando, lo sentía tirar de mi piel en la base de mi cráneo. Me moví como pude tratando de levantarme del suelo pero había algo que me ataba al suelo. El grito hizo silencio de repente, cuando unos pasos se acercaron a mí. Podía ver unas botas negras, altas, militares. Un uniforme. “Lo capturamos” dijo una voz ronca y una patada fue a dar a mi abdomen. Mí cabeza, empezó a latir y los golpes hacían doler mis oídos. Quería vomitar y por un momento me olvidé del hambre.