Un martes lleno de amenazas de tormenta y la bronca de la rutina entre nosotros hacen parecer, tan ingenuamente, que ordenar los papeles de la casa sea lo justo y necesario para llenar la ausencia, tu voz faltante, en el aire que me rodea.

En mis pensamientos que te buscan sin decir una palabra.

Telma

Y revolviendo esa basura sin sentido… te encontré en la distancia. La ventana a los recuerdos se abrió y me doy cuenta que pasaron 20 años en un latido. Que nos costó tanto encontrarnos… ¿¿por qué nos costó tanto?? Si siempre encontré una nueva forma de amarte. Es el miedo, el culpable de todo lo malo. Pero fue tu amor lo que te pusieron en mi camino.

20 años para atrás. Puedo verme en esa foto, tan claro como tu figura en el papel, en la distancia, pensándote. Y ahora me parece una estupidez no estar ahí, si recuerdo tan claro que quería estar ahí. Vuelvo rápido y esa ventana se cierra en la imaginación y en el corazón, el golpe queda. Un no se qué, vacío.

Una espada que abre la carne por dentro, las fotos. La sangre corre fuerte por el río de la herida, profundo, entre nosotros y nuestros paraísos en la distancia.

Busco tus manos en la noche de un martes.

– Sos el amor de mi vida.